La semana pasada surgieron un par de polémicas, al menos que yo pudiera detectar por la red social otrora conocida como Twitter, en relación con Marvel’s Spider-Man 2. Por suerte no me he encontrado con spoilers severos de la trama, sólo con bugs graciosos como ese que convierte al personaje en un cubo blanco —¿y lo que molaría que al utilizar al Spider-Man Noir el cubo de rubik que puede resolver en el aire se convirtiera en ese cubo blanco? Insomniac, háganlo—. Volviendo a las polémicas, la más sonada dentro de la comunidad hispanohablante estuvo relacionada con el lenguaje inclusivo; debido a que uno de los personajes decía desde su podcast algo sobre «une entomólogue». Sobre ello ya escribió un texto fabuloso el compañero Álvaro Alonso en Hobby Consolas, pero permitidme añadir mi punto de vista respecto a este asunto antes de redirigir el balanceo hacia las banderas.
Tomo este breve desvío de forma consciente, por gusto y porque a la vista del ruido generado todavía queda mucho por avanzar; al igual que un streamer con una gran audiencia tiene una responsabilidad para con su público, los periodistas culturales, también. No deja de ser triste, pero a la vez resulta lógico que cuando un juego interesa al gran público, cuando ese título además es jugado por un creador de contenido con números inmensos, haya más personas intolerantes que descubran que en el último gran exclusivo de PlayStation se utiliza, en algunas ocasiones, lenguaje inclusivo. Quizá muchas de las personas que se mostraron ofendidas en redes por «tal despropósito» no hayan jugado a otros lanzamientos de estos años donde dicho lenguaje goza de mayor presencia; me vienen a la mente Relic Hunter: Rebels (disponible en Netflix) o Goodbye Volcano High.
En uno de sus directos, Enrique Alonso se apropió del argumento del público crítico con la diversidad y la inclusión en las obras culturales, el siempre mencionado respeto a la visión autoral. ¿Existe otra forma de respetar la autoría que mantener la identidad y los pronombres elegidos para un personaje? Hubiera carecido de sentido que la versión en castellano de Goodbye Volcano High, un juego que empieza con distintos planos de la habitación de le protagonista y uno de ellos pone el foco en una pegatina que reza «they/them» con los colores de la bandera trans, la traductora decidiera referirse a Fang como «ella»; de hecho, que haya gente que se refiera a elle de forma incorrecta es parte de una de las tramas.
En el fondo hablar de lenguaje inclusivo, identidades y un mínimo respeto no está nada alejado de la parte de la vexilología que me interesa. Si hubo gente que se ofendió y enfadó ya con el primer Spider-Man de Insomniac porque había una bandera LGTB no fue porque impidiera la presencia de otras, fue por lo que representa ese pedazo de tela; al igual que por decidir incluir un elemento así una obra cultural tiene más papeletas de no ser publicable en ciertos mercados. Lo lógico, lo sensato o, al menos, lo que yo espero por parte de un estudio, es que si da cabida a elementos tan inofensivos —pero muy necesarios, ojo— como ciertas banderas, se encargue de que éstas ondeen en todo momento.
Si hacemos un poco de memoria seguro que nos vienen al recuerdo otros casos similares. Al pensar en grandes lanzamientos de Sony y polémicas por la presencia de una bandera, pese a lo particular el planteamiento inicial, en seguida he recordado lo que se generó en verano de 2020 con The Last of Us Parte II. Hubo muchas quejas por cierto rumbo de la trama, por personajes como Abby y, lo más sorprendente, por la orientación sexual de Ellie, algo que ya se supo años atrás en Left Behind —igual tras la serie de HBO quedan menos dudas, aunque, por desgracia, las reacciones homófobas por la representación LGTB en The Last of Us fueron un auténtico horror—. Quien dedicara cierto tiempo a la exploración y se fijara en los detalles de distintas localizaciones, pudo encontrar una bandera trans en uno de los edificios del juego; algo que escoció a cierto sector y que provocó que un buen puñado de internautas lanzara su bilis contra Abby, esgrimiendo que era una mujer trans. ¡Como si eso fuese algo malo! Lo cierto es que este personaje ni siquiera era el personaje trans de The Last of Us Parte II, aunque eso es lo de menos.
Hace unos meses ya hablamos de la diversidad del elenco de Apex Legends, un elemento tan natural como poco habitual, construido de forma muy consciente con el paso de los años. Por ejemplo, el año pasado una de las nuevas leyendas fue Catalyst, una mujer trans en cuya creación participaron otras mujeres trans, tanto en la escritura de su trasfondo como en el diseño o dándole voz al personaje. No es baladí que haya personas que compartan identidad con los personajes a los que están dando vida; desde luego no es estrictamente necesario que así sea, pero sin duda posibilita que haya una buena representación y evita que tengan lugar meteduras de pata bastante sonrojantes —no miramos a nadie, Insomniac, pero confundir la bandera de Puerto Rico con la cubana no indica nada bueno—.
Que haya personajes diversos es más llamativo o al menos fácilmente perceptible para el público y, seguramente, más útil de cara a mejorar la representación en el videojuego. No obstante, la presencia de una bandera también lo es. Que en Apex Legends podamos elegir como banner de nuestra leyenda la bandera LGTBQ+ o la que aúna ésta, la bandera trans y además incluye la cuestión racial, pese a las quejas de algunos jugadores, significa mucho; permite que muchas personas se vean reflejadas, sientan apoyo y no rechazo dentro de una comunidad.
Lo que haga cada individuo es importante, pero el alcance puede ser limitado —aunque mucho ojo, porque personita a personita se forma una corriente importante, sólo hay que ver lo que se organizó en Roblox como apoyo a Palestina—. Ahí entra en juego que compañías como Respawn aprovechen su posición o que figuras con un gran foco sean vocales a la hora de apoyar estos temas. Un buen ejemplo de esto, si me permitís alejarme por un segundo de los videojuegos, lo encontramos en ciertas superestrellas del wrestling, desde Finn Balor dando más valor a la crítica de la homofobia que a cualquiera de sus éxitos deportivos a CM Punk hace unos meses en Wembley.
Entiendo que para mucha gente esto puede ser innecesario porque defender y apoyar los derechos humanos parece un punto de partida básico para todos, pero salta a la vista que aún es necesario luchar para que así sea. Si la existencia de una bandera que representa a las personas trans, que se porta como muestra de apoyo a movimientos como Black Lives Matter o que llena nuestras calles cuando se celebra el Orgullo hace que las redes sociales y, por tanto, el espacio digital que habitamos y las conversaciones que componen parte de nuestro día se llenen de odio, tenemos que seguir empujando en la dirección contraria.
Quizá ignorar el ruido sea lo más sensato, no alimentar al troll como se decía en tiempos pasados de Internet, pero a veces merece la pena subrayar lo que damos por sentado, lo que nos parece evidente. Cuántas veces hemos pensado que esa persona que tanto queremos sabe, porque lo sabe, todo lo que sentimos hacia ella; cuánto mejora el día de ese ser querido cuando verbalizamos ese sentimiento, cuando al nombrarlo hacemos que esté presente. No dejemos de apoyar las causas que merecen la pena, sobre todo quienes partimos de un privilegio manifiesto.
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som@s obviamente diferent@s y sutilmente igual@s a la vez
y no hay nada que entender
solo aceptar lo que es
Espero llegue el día que no haya que seguir haciendo estas aclaraciones, por ahora seguiremos insistiendo en que son derechos humanos, no antojos innecesarios.
Gran texto Juan!
@lucas_s
<3 <3 <3
Ojalá llegue ese día.
Un texto genial y necesario.
Creo que la representación de luchas progresistas en estas ficciones es una declaración de intenciones para decirle a los sectores rancios del gaming que no están bienvenidos.
@rverakai
Se agradecen mucho estos comentarios, ¡gracias por leer!
muchas gracias por el texto Juan, absolutamente necesario.
@cristian_sarmiento
¡Muchísimas gracias a ti!
Juan, no se si lo sabes pero Insomniac ha censurado el contenido referente a lgtb para la versión del Spider-Man 2 en países de oriente medio, donde no sacaron (o no les dejaron sacar) TLOU2:
https://gamerant.com/spider-man-2-lgbtq-pride-flags-removed-saudi-arabia/
@yurinka
Sí, lo vi, lo vi. Gracias de todas formas por compartirlo. Al decir que espero que hagan más que poner una bandera en su juego me refiero tanto a no permitir los mods que las eliminan (el artículo enlazado en ese momento) como a no plegarse a esto que recoge la noticia que compartes.
@zoro
Ok. Aunque bueno, sobre el tema de censura específica según la regulación del país tampoco es cosa de Insomniac: todo el mundo censura cosas de sus juegos para publicar en diferentes mercados adaptándose a la censura de cada país o plataforma, ya sea Alemania, Australia, USA, China, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Sony, Nintendo, etc.
Dependiendo del juego o aplican la censura que toca o no lo sacan en dicho mercado.
@yurinka
Se me olvidaba mencionar Japón tb, que el tema de la censura/regulación gubernamental de allí es especialmente curioso.
@yurinka
Sí, entiendo el funcionamiento. Sigo prefiriendo no renunciar a ciertas cosas con tal de llegar a otros mercados, pero eso es algo ajeno a cómo funciona el mundo, vaya xD.
@zoro
I know, supongo que todo creador también preferiría poder hacer lo que le salga de los mismísimos y poder publicarlo en todos lados, y que gustase y vendiese bien. Aunque a la hora de la verdad, como desarrollador -o empresario- o tragas con las regulaciones y reglas de cada país/región/plataforma/tienda y pasas por el aro o no puedes publicar allí, o al menos con una calificación por edades necesaria para llegara a la cantidad de usuarios que necesitas.
Dependiendo del tipo de juego, presupuesto, expectativas/necesidad de ingresos, etc., puedes saltarte ciertos países o plataformas porque te suponen una cuota de mercado muy pequeña. Aunque hay otras ocasiones en las que toca bajarse los pantalones y hacer los cambios que toquen al juego.
Como curiosidad, si no recuerdo mal creo que a Deconstructeam les tocó tener que censurar un pene de uno o dos píxeles para poder publicar en Japón (para Switch, supongo que en físico) el Red Strings Club.
@yurinka
¿Estamos hablando del pene de cierto muñeco que se parece a chiconuclear?
@zoro
La anécdota de la versión de Switch la comentó Jordi de Paco en algún sitio. He ido a mirar la escena aquella y hay varios cuerpos enseñando pene y demás (en su día no lo había prestado atención).
Efectivamente hay uno que se parece a Victor xDD (también hay otro que se parece a mi, es la gracia del pixel art: los detalles que no muestra los pone tu imaginación).
Muchas gracias por el texto.
@tuttoeniente
A ti por leerlo ^^
Ojalá el texto pueda llegar a mucha gente joven que no es consciente de la problemática y tiene como referente a este tipo de youtubers con discursos caducos. Este artículo, junto con el de Marta sobre Volcano High, me ha dado una perspectiva sobre la juventud que va a ser nuestro futuro y su situación social. Nos separan unos 20/25 años vitales y su contexto no ha sido para nada el mío por lo que me he alegrado de leeros, reflexionar y también tomar prestadas un par de herramientas para entenderlos y no solo mirarlos como me miraban a mí a mis 16. Así da gusto ayudar en que sigáis adelante. Más textos tan necesarios como estos por las redes por favor! Gracias y enhorabuena Juan!
@sergiotr
Muchas gracias a ti por leernos así, por comentar y por compartir nuestro trabajo ^^