Año tras año he seguido la presencia de Electronic Arts en el E3 con menor interés. En parte ha sido porque los juegos no han acompañado (no porque haya habido una bajada en relevancia, que podría discutirse, sino por puro interés personal), pero la mutación que ha experimentado la manera en que está representada la compañía y sus juegos en Los Angeles también tiene que ver. Cuando se anunció el formato EA Play, en 2017, se hablaba de él como un evento para «jugadores, creadores de contenido, prensa, socios de la industria y más»; creo que aquí el orden de factores altera, si no el producto, sí cómo se equilibran los pesos en cada compañía. Después de verlo con mis propios ojos en 2017, el año pasado me referí a EA Play como un «punto de reunión para los fans de la compañía», y creo que sigue siendo una definición válida.
Este año, y aunque mi afición es reciente (o quizá por eso), he estado al otro lado de la valla: de manera íntima y sincera quería ver qué novedades tenían preparadas para Apex Legends, el battle royale de Respawn, así que me he enfrentado al EA Play no con la distancia de cortesía del periodista que cubre la feria desde Estados Unidos ni con el remilgo del que opina desde su escritorio sino como un fan. Me he bebido toda la información (no tanta) que se ha dado como si fuera ambrosía. He fantaseado con las maneras en que voy a intentar jugar con Wattson, el nuevo personaje, y con cuánto voy a disfrutar si algún día hay alguien en mi escuadrón que sabe jugar con Wattson, porque yo no me veo del todo capaz; me he indignado con la L-STAR, luego he sentido curiosidad y ahora necesito comprobar por mí mismo cómo romper el equilibrio del juego de esa manera controlada y muy localizada afecta a las partidas.
Visto con estos nuevos ojos, desde este nuevo punto de vista, analizado como una presentación definitivamente más preocupada por tener interés para quienes ya vienen convencidos de su casa y no para el gran público, el EA Play de esta tarde (o de esta mañana: en Los Angeles empezó a las nueve de la mañana) me ha aburrido de una manera muy distinta. Seguro que el orden de las presentaciones tiene un porqué, pero la cosa es que Star Wars Jedi: Fallen Orden (quizá el único juego con un interés general, por el peso añadido que le da ser una licencia, justo esta licencia y quizá lo único que separa a EA de abandonar por completo todo lo que no sea rentabilizable ad infinitum) me acabó sorprendiendo, y no solo por haberme percatado de esos dos puntos entre jedi y fallen, y la parte de Apex Legends, ya digo, se me hizo corta; a partir de ahí la cosa fue, para mi gusto, decayendo, y el resultado ha sido una retransmisión sin sorpresas, tibia y difícil de comentar… si no eres fan de ninguno de los juegos de los que se hablaba.
Quizá lo que EA quiere no es tanto un evento para fans de EA, sino para fans o seguidores de cada uno de los juegos de los que se habló: de ahí que se anunciaran con antelación no solo qué títulos estarían presentes sino incluso a qué hora se empezaría a hablar de cada uno, para que te conectaras a la presentación cuando se hablaba de lo que te gusta, y no antes.
En parte creo que esta reconfiguración de los pesos por parte de EA no solo no es una torpeza sino que es otra prueba de que la forma de pensar en la industria del videojuego a la que estamos acostumbrados debe ser igualmente reconfigurado para analizar mejor lo que significan eventos como este EA Play, y qué nos pueden decir sobre el futuro de todo este tinglado. Cuando Nintendo anunció que abandonaba el tradicional formato conferencia en favor de esos Direct que hoy ya son casi un estándar se vio, en parte, como una traición al E3 o como un darle la espalda a la comunidad más apasionada, la que año tras año se conecta para informarse de todas las novedades de la industria en esta semana grande del videojuego; yo mismo lamenté la enorme presencia de Smash Bros. el año pasado, aunque lo cierto es que recuerdo con cariño ese pormenorizado desglose de novedades con el que llenaron esa emisión. (Al mismo tiempo, parecía una cosa muy de nicho pero en realidad estaban hablando, todavía sin saberlo, del juego de lucha más vendido de la historia.)
Puede que el futuro del E3 esté ahí: en definir y aislar mucho más los nichos o las comunidades para así crear nuevos formatos que se ajusten mejor a las necesidades de una industria en la que los juegos de largo recorrido no son una excepción sino la norma: lo que todas las compañías buscan y quieren, y quién sabe si lo que necesitan.
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EA se quiere abrir al gran público que se compra los FIFA religiosamente cada año pero que no tiene por qué saber qué es EA y tampoco le interesa tragarse una chapa de media hora sobre un juego de Jedis que no es su FIFA. En ese sentido, bien por seguir con esa estrategia de «escoge tu aventura», aunque creo que de contenidos sigue yendo muy justa por no ser más duros. Eso y que no entiendo la razón de ir a un E3, que es un evento más o menos de nicho, a presentar un par de novedades a lo sumo, con un formato con el que buscas hablar por encima del público objetivo del E3. Para eso, haz un evento de FIFA en un momento cualquiera del año y ya.
Ni siquiera para muy cafeteros termina de funcionar el evento. Con esa tendencia de enseñar lo mínimo posible, que parece que cada año enseñan menos de sus juegos y hablan aún más, aunque te conectes a la hora de lo que te interesa, acabas igual. El segmento de FIFA fue decepcionante, no porque no ilusionara la vuelta de
Fifa StreetVolta, sino porque vimos más rato a gente hablando del juego, que al propio juego. Sobre el ahora si Fifa 2020, el de toda la vida, tan solo vimos un pequeño clip sobre los nuevos lanzamientos de penaltis y faltas. No quiero escuchar a gente hablar de que la IA de los compañeros funciona mejor, o que han cambiado la física del balón: quiero VERLO.Aunque a regañadientes, al final sé que volveré a Fifa este año sólo por Volta, sin necesidad de ver lo demás. El plan funcionó.
Yo creo que EA, en todo lo que no sea FIFA y derivados, su objetivo es minimizar gastos, tiempos y dinero en general. Y así pasa lo que pasa con Anthem, con los BattleX, y veremos sino para también con el Jedi. Que luego son juegos más o menos notables, porque la gente que hay detrás son cojonudos, pero los abocan a dejar las cosas mal acabadas. Y si van mal los números, en lugar de hacer autocrítica a la gestión de EA, pringan los estudios.
Bien visto Víctor! A mi me ha pasado un poco lo mísmo, me interesaba saber más de las noveades del Apex y BV. El mercado se esta seccionando más y más, y pinta que EA quiere apostar por lo que sabe que le funciona, y dejar de hacer mega AAA que se peguen la hostia.