Hotline Anait: Las reservas

Igual os suena un juego: se llama GTA V, es de Rockstar y sale hoy. O llegó ayer, si lo tenías reservado en Amazon; o lo tienes desde el viernes, si lo compraste en alguna de las tiendas que se saltaron la fecha de lanzamiento oficial y lo pusieron a la venta antes de tiempo.

Mientras en Rockstar investigan «las “ventas” anticipadas para determinar cómo y por qué» ocurrieron (atentos al entrecomillado venenoso), en Amazon aún se preguntan cuáles fueron «las circunstancias que llevaron a que un pequeño número de consumidores recibieran el juego antes de lo que pretendido en esta ocasión». Sea como fuere, ni Amazon ni Rockstar son los más perjudicados en esta ocasión; ni ellos, que son gigantes, ni los pequeños comercios que han tirado de picaresca para arañar unos euros. Los que pierden son los que tenían el juego reservado y no han podido conseguirlo hasta hoy.

@pep_sanchez y @chiconuclear se sientan en la mesa de discutir las cosas para ver qué se puede sacar en claro de todo esto.

Pep: Recuerdo perfectamente la última vez que reservé un juego. Se llamaba Shenmue II y me llamaron para que fuera a buscarlo la tarde antes de su lanzamiento oficial.

Podría parecer que las cosas no han cambiado mucho en doce años pero, joder, vaya si lo han hecho: tenemos muchas más opciones a la hora de comprar juegos y acceso a una cantidad absurda de información sobre cada lanzamiento, en cada tienda y en cada mercado. Lo que sigue igual es la poca paciencia que tenemos muchos. No tienen derecho a juzgarme por ello: sabemos bien que ese es el objetivo de toda la comunicación y el márketing en videojuegos, que de eso va el maldito hype.

Y sin embargo, al combinar una cosa con otra se consigue lo contrario de lo que buscan las distribuidoras: no tiene sentido reservar los juegos que esperas con más ganas, porque no sabes ni cuándo ni dónde lo vas a acabar comprando.

El londinense Zohair Ali —a quien @alber recordaba por haber hecho lo mismo con la Vita— estuvo ayer 17 horas de cola para ser el «primero» en tener un juego que tú compraste el viernes.

chiconuclear: Yo soy más amigo de las reservas en un plano teórico que en uno práctico. Sé para lo que sirven, las veo útiles para todo el mundo (tú te llevas el juego a casa cuando toca, las distribuidoras se hacen una idea de cómo va a ir el asunto), pero no suelo reservar. Con GTA V, precisamente, sí lo he hecho; lo hice con el IV, lo he hecho con algún Zelda y con algún Pokémon, pero en general no suelo reservar; sé que en la mayoría de casos no voy a tener problema de disponibilidad, entre otras cosas porque los juegos que compro suelen ser relativamente minoritarios y suelen aguantar en las estanterías bastante tiempo.

El caso de GTA, que es el que ha sido grave en este caso, es el lado oscuro de las reservas, claro. Si reservas en Game, el juego se pone a la venta en mil tiendas pequeñas antes de tiempo y tú tienes que esperar a la fecha oficial mientras ves cómo los que no hicieron lo que tú (o no les importa palmar el dinero de la reserva) se pasean por tu lista de contactos del Live o de PSN restregándote (sin maldad, claro) que ya lo tienen, es comprensible que te cabrees, y quizá para la próxima te lo pienses. Pero, ¿quién es el malo aquí? ¿Las tiendas pequeñas? ¿Rockstar, por tener cogidos por las pelotas a los retailers grandes? ¿Los usuarios que van a por el juego antes de tiempo, y animan a seguir vendiendo los juegos antes de tiempo?

Pep: Está claro que tiendas y distribuidoras deberían llegar a acuerdos para proteger sus intereses; no sé de eso, no puedo decir más, pero sus herramientas tendrán. El único que no puede ser el malo es el usuario que se gasta sesenta pavos, eso sí lo tengo claro. Y que te lleves un baneo por comprar un juego en una tienda me parece escandaloso, una violación de los derechos del consumidor que debería ser denunciable. No pretendo hacerme el despistado: claro que la mayoría de los que se pasan por los indios¹

un par de días antes del lanzamiento saben de qué va todo esto, han leído en foros dónde se está vendiendo tal juego y entienden por qué no les dan tique de compra. Pero también es posible que alguien vea el juego en una tienda y se lo lleve sin saber que el lanzamiento oficial es pasado mañana. Presunción de inocencia y todo eso.

En cualquier caso, insisto, una compañía no puede culpar a nadie por tirar de picaresca —sin recurrir a lo otro que empieza por «pi»— para intentar tener un juego lo antes posible: ellos han alimentado esas ganas (es su trabajo, faltaría más) y son ellos los que llevan los juegos a las tiendas. Es tan comprensible y tan legítimo como importar un título que se publica en Japón seis meses antes que aquí.

chiconuclear: Ahí estamos de acuerdo, y aquí ya toca entrar en posibles; lo que en un bar se llamaría salvar el mundo tomando unas cañas. Haciendo un poco de abogado del diablo: aunque defiendo la distribución digital como el que más (por motivos algo egoístas, en cualquier caso; quizá si tuviera más espacio o menos ansia de tener todo lo que me gusta la cosa sería distinta), ¿no crees que los usuarios que van a los indios a por sus juegos antes de tiempo, un porcentaje de ellos defensores de la distribución física, dan motivos a las compañías para ir hacia lo intangible?

No es que lo digital se haya probado mucho más seguro a la hora de mantener el juego bien guardadito hasta que le toque salir (aunque cuando un juego se filtra piratón antes de tiempo seguramente no sea por esa vía), pero quizá sí es más sencillo localizar las fugas. Cuando dependes de una cadena de distribución de la que no conoces la mayoría de eslabones, el asunto se vuelve menos claro. También se podrían minimizar las diferencias de tiempo entre lanzamientos, aunque eso es otro asunto.

Seguro que influye en esto mi trabajo como crítico —y, de nuevo, entiendo la estrategia—, pero me fastidia que con esos pequeños regalos se pretenda que el jugador decida demasiado pronto a dónde irá su dinero. A veces, las reservas me parecen el primo guapo de los embargos para el día de lanzamiento; gasta antes de leer los análisis o lee los análisis cuando ya sea tarde. Llevamos mucho tiempo con un mando cerca y, no nos engañemos, solemos acertar al predecir lo que nos gustará… pero coñe, déjame dudar tranquilo.

chiconuclear: Bueno, pero aquí se abre un debate totalmente distinto: ¿realmente la crítica afecta al grueso de compras? ¿Un 10 de IGN o un 4 de Eurogamer van a afectar significativamente a cómo le va en las tiendas a un juego? Basándome en los comentarios que suelo leer, generalmente se dan tres situaciones: 1) el lector no tiene interés alguno en el juego y no piensa comprarlo sea cual sea la nota; 2) el lector no tenía pensado comprarlo, pero lo hará cuando el precio sea más accesible; 3) el lector ya lo tiene, o ya pensaba comprarlo, o ya lo tenía reservado. En ninguno de los tres casos la distribuidora gana ni pierde directamente nada.

Es curioso cómo los incentivos para las reservas, hablando de eso, parecen importarle una mierda a básicamente todo el mundo. En España, claro; en otro sitios sí tienen peso, según sé, pero aquí las reservas se entienden de otra forma. Creo que era James Armstrong, de Sony, el que lo decía, que en España se reservaba menos.

Y volviendo (¡pirueta!) a un poco más arriba, que el juego ya esté en todos lados tiene algo bueno para nosotros. Ya sabes que no soy nada amigo de lo descriptivo, que no me gusta hacer listados de features ni explicar cómo se juega; para eso hay manuales de instrucciones, folletos y sitios oficiales. Con GTA V ya en la calle, los que no hemos podido tener un texto listo para la fecha del embargo podemos darle la vuelta a la tortilla e intentar explicar lecturas, ofrecer puntos de vista, invitar a un diálogo que vaya más allá del «hey, cómpralo, que está chulo». Ojalá alguien aproveche esa oportunidad.

Pep: Con GTA V ha quedado claro otro problema detrás de esto: las compañías no tienen claro cómo reaccionar cuando sus planes se tuercen. No dan luz verde a ciertas tiendas cuando otras están vendiendo el juego de igual forma que no adelantan un embargo cuando un juego se filtra. Y lo de hacerse el despistado ante esos imprevistos se traduce en situaciones incómodas, en fans que esperan más que nadie y en críticas que no dicen nada que no se sepa ya.