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Involution
Driveclub: Problemas en el paraíso
Aunque el antaño juego de lanzamiento de PS4 ya ha salido a la venta, los problemas con servidores y opciones han dañado su recibimiento. ¿Qué ha pasado?
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The witch hunts are over
La crítica al habla: Bayonetta 2
¿Qué dicen los medios extranjeros de lo último de Platinum? Repasamos lo que dicen algunas de las críticas que se han publicado hasta el momento.
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You sexy thing
Bayonetta: Mujer objeto (de debate)
Las posiciones sobre qué implicaciones tiene la hipersexualidad de Bayonetta son variadas. ¿Florero para el jugador calentorro o figura femenina ejemplar?
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Su tabaco, gracias
No hay destino: los problemas de guion de Destiny
El nuevo shooter de Bungie tiene muchas cosas buenas, pero la historia no es una de ellas. ¿En qué falla, cómo y por qué el guion de Destiny?
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¿Por qué Microsoft ha comprado Mojang?
2.500 millones de dólares por Mojang (una Mojang sin Notch, hay que añadir) parece una auténtica locura que no hay por dónde cogerla.
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Un Harada salvaje apareció
¿Y en serio tenía que llamarse Pokkén Tournament?
Lo de llevar sus personajes a géneros distintos no es algo nuevo para Nintendo. Antes teníamos Mario Kart y Smash Bros. Ahora, Hyrule Warriors y Pokkén Tournament.
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Too many muthauckas uckin' with my shi
Ataques DDoS, o el nuevo graffiti
¿Produce el sueño de la sociedad de consumo monstruos que se dedican a hacer ataques de denegación de servicio? ¿A quién benefician estos ataques a empresas?
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«It is Wonderful, Wonderful, Wonderful»
Un año con The Wonderful 101
Doce meses —y un día, lo siento— después de su lanzamiento, recordamos el juego de Hideki Kamiya tal y como era. No habrá otro igual.
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Un respawn para Respawn
¿Quién mató a Titanfall?
¿Tiene el debut de los ex Modern Warfare un pie en la tumba o nos estamos dando demasiada prisa por enterrarlo cuando todavía está más vivo de lo que parece?
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Zombie homini lupus
DayZ y H1Z1: Anatomía del psicópata digital
¿Qué nos pueden decir los juegos de supervivencia, y la manera en que actuamos en ellos, sobre nosotros mismos? ¿Por qué esa necesidad imperiosa de hacer el cabrón?