Por qué nos importa el nuevo SimCity

No estamos hablando demasiado sobre el nuevo SimCity, pero no es porque no nos interese; es más, no sólo nos interesa mucho, sino que nos importa. Creemos que es importante que este juego exista, ya veis qué palabras tan elevadas usamos para referirnos a él. El peso de sus ancestros es grande, porque los anteriores SimCity eran mucho, pero confiamos en que esta nueva entrega haga justicia a su nombre; Maxis se están esforzando mucho en que así sea, y nosotros confiamos en ellos, pero aquí os decimos por qué a nosotros nos importa el nuevo SimCity en siete sencillos puntos. Adelante.

1. Porque lo echábamos de menos

Cualquiera que haya tenido una infancia decente recordará con cariño SimCity, y creo que ya era hora de que el simulador de creación de ciudades volviera aprovechándose de todo lo que la tecnología actual puede hacer. En mi caso, cuando jugaba a SimCity 3000 era demasiado joven y estúpido como para intentar siquiera tomarme la partida en serio durante un par de días, así que mis pobres ciudadanos solían sufrir más que otra cosa; ahora, con la cabeza más amueblada, me apetece muchísimo darle caña a esta nueva versión para intentar sacar una ciudad adelante, pero también, qué coño, para putear un poco a la gente que vive en esas maquetitas virtuales; lo cual me lleva a…

2. ¡Dinosaurios!

Espero no ser el único sádico hijo de puta que lloró de alegría al ver esas alegres patitas de dinosaurio llevarse por delante edificios mientras la gente corría por las calles, presa del pánico. Para saber de lo que hablo, mirad este vídeo a partir de 2:38:

3. El GlassBox Engine

GlassBox es el nombre del motor de simulación sobre el que está construido el juego, y promete cargar con gran parte del mérito de devolver la franquicia a su esplendor de antaño como se merece en pleno año 2013, si es que los mayas no deciden que el mundo sea su propio SimCity y nos echan a las langostas encima. La gracia de GlassBox es que se encargará de gestionar todos los datos que genere nuestra ciudad, desde la economía hasta cómo el fuego se forma y se expande hasta tener consecuencias fatales si nuestro cuerpo de bomberos no está entrenado. El GlassBox también es responsable de otra cosa que me gusta mucho del nuevo SimCity…

4. Visualización de datos

Además de los menús e iconos que nos ayudan a llevar la gestión de la ciudad, el nuevo SimCity incluye una opción que pinta fenomenal: los mapas de visualización de datos. No es el primer juego que tiene un sistema de este tipo (es más: qué simulador no tiene uno, por amor del cielo), pero aquí parece que les han quedado muy bonitos, algo que es muy de agradecer. Desde comprobar la eficiencia de nuestro tendido eléctrico hasta comprobar, siguiendo de un vistazo el camino que siguen las cañerías de la ciudad, que nadie se quede sin su vasito de agua cuando se levanta de madrugada a echar un pis, parece que estas capas de profundidad, además de verse muy bonitas, tendrán una utilidad que los más sesudos agradecerán bastante.

5. Las ciudades están habitadas por gente

No son datos, no son números, no son estadísticas que vemos en un menú resumidas en cuatro tipos que dan vueltas de un lado a otro: el GlassBox promete darnos ciudades vivas y pobladas por gente que tiene sus trabajos, sus rutinas y sus rituales. Falta comprobar jugando cuánto de esto es verdad y cuanto fantasía de marketing, pero lo que pude ver a puerta cerrada en el E3 no daba mala espina: desde la gentecilla que iba a trabajar por la mañana hasta los ladrones que atracaban el banco y se llevaban rehenes para evitar que la policía los cazase, la sensación que daba era de gestión de una ciudad viva. Me voy preparando para manifestaciones enfrente de mi ayuntamiento por la seguramente pobrísima gestión que haga de mi ciudad: tener un dinosaurio campando cada fin de semana no es el mejor plan que se me ocurre para una comunidad.

6. La interacción con otros jugadores

Cómo las ciudades de nuestros amigos influyen en la nuestra es algo que parece brutalmente divertido: consíguete dos colegas aficionados también a la gestión y parece que las posibilidades son enormes. En el E3 vi, en una demo que evidentemente estaba muy enfocada a ello, cómo tres ciudades de distinto signo pueden aportarse cosas entre ellas: una era industrial y estaba llena de contaminación y humo, pero producía mucho y vendía su producción a las otras; otra había sido ideada desde el principio como un sitio para la diversión, y era el lugar perfecto para que los habitantes de las otras fueran a pasar sus vacaciones, con sus hotelitos y sus espectáculos y sus deportes. Es posible también hacer proyectos conjuntos, como aeropuertos comunes y demás, así que parece que la diplomacia y las relaciones entre ciudades también tendrán su papel en el juego.

Nota graciosa: ¿recordáis los cacos de los que hablé en el punto anterior? Llegaban de otra ciudad, así que, cuando jugamos con amigos, nuestra relación ha de ir hasta el punto de preocuparnos de que la criminalidad en sus poblaciones no se desborde. Por nuestro propio bien.

7. Es muy bonito, joder

No creo que se pueda jugar en cualquier PC, pero con la máquina apropiada estamos ante un juego precioso. La estética tilt-shift potencia el rollito de estar gestionando una maqueta viva, además, y queda de rechupete; además de tener unas entrañas que prometen simulación y gestión de primera categoría, parece que SimCity también será muy agradable a la vista: justo lo que queríamos de él.

Y a vosotros, ¿por qué os importa el nuevo SimCity?