Análisis de Virtua Fighter 5

Curiosa analogía la existente entre esta saga y su propio argumento. Porque sí, en Virtua Fighter hay una trama, aunque no aparece explícitamente en ningún juego y para enterarse de algo (cosa que no hace falta para nada, evidentemente) hay que tirar de manuales y/o Internet. Cada entrega corresponde a un Torneo Mundial, organizado siempre por Judgement 6 o J6 para los amigos, un conglomerado de multinacionales dedicadas al lucrativo negocio de las armas. Y más que por diversión (que también, supongo), lo hacen como parte de su proyecto Dural, que busca crear una máquina de combate definitiva obteniendo información y habilidades de los mejores luchadores del mundo. Hay culebrones de por medio, motivaciones diferentes para cada personaje y bla bla bla. Pero a lo que vamos: cambia J6 por AM2, los participantes del torneo por miles de japos y Dural por Virtua Fighter… ¡tachán! El padrino de lucha 3D y su búsqueda de la perfección. A la hora de ponerse a trabajar en una nueva entrega o revisión, el más que glorioso equipo de la palmera tiene muy en cuenta el feedback aportado por los usuarios. Así se logra, por ejemplo, mejorar la IA o ajustar el daño que infringen distintos ataques con la intención de equilibrar al máximo los combates. En este sentido, Virtua Fighter 5 para Xbox 360 es lo último de lo último, pues se basa en la versión C de la recreativa (el de PS3 es la versión B). Sinceramente, el cambio es imperceptible, y no es lo que justifica el año de espera para los usuarios de la consola de Microsoft; el papel de ‘gran novedad’ es para el online. Mamporros del Club del Gourmet Pero antes que nada, la pregunta del millón: ¿Es verdad que Virtua Fighter es sólo para hardcoretas? Pues sí y no. Es cierto que es mucho más técnico que un Tekken o un Dead or Alive, que lo de machacar botones funciona bastante menos y que se suda más de lo habitual para terminar el modo Arcade en dificultad Normal. Lo de usar a Akira como “protagonista” es toda una declaración de intenciones. Por su aspecto, uno podría pensar que se trata del típico luchador directo y equilibrado, algo así como un Ryu pero sin Hadokens. ¡Juas! El muy cabrón es terriblemente complejo, más bien lento y difícil de dominar. No obstante, nunca es tarde para aquellos que quieran iniciarse. La base del control es simple a rabiar, con sólo 3 botones, existe un nivel de dificultad “Muy Fácil” y un modo Dojo para practicar todos los movimientos. Y lo más importante es que la jugabilidad es tan genial, fluida e intuitiva que invita a seguir jugando más y más sin que aparezca el menor indicio de cansancio o aburrimiento. Aquí más que en ningún otro juego de hostias tridimensionales, la práctica hace al maestro. Así pues, la experiencia es útil pero no esencial para jugar a Virtua Fighter 5. Si por tus manos han pasado otras entregas, te ahorrarás el “esfuerzo” de descubrir qué luchador se adapta mejor a tu estilo (cada uno de los 17 tiene muy poco en común con el resto) y de aprender sus ataques más eficaces. Si es tu primera vez, sentirte cómodo con los controles te llevará unos minutos; realizar con soltura algunas decenas de combos, unas horas; dominar los movimientos más avanzados, tal vez días. Y no esperes estar al nivel de un servidor los malditos japos antes de haber practicado durante semanas o meses. ¿No queríamos juegos largos? Lo importante es que antes o después serás recompensado con combates tremendamente competitivos, meditados, ajustados y satisfactorios. En cuanto a modos de juego, poco que contar. El Arcade es más viejo que algunos de nuestros lectores y tanto el Dojo (práctica con un oponente inmóvil) como el Versus, casi lo mismo. El online funciona a la perfección, sin lag en el 99% de los combates y viene con opciones de guardado de repeticiones, rankings y demás de regalillo. Y por último, el modo Misión, el más “doméstico”, nos propone adquirir experiencia, dinero y trofeos a golpe (jeje) de victorias, así como conseguir accesorios, peinados y vestimentas raras para cada personaje. La versión que yo tengo viene sin Modo Queso (¡!). Visualmente, el juego es notable para la next gen pero poco menos que magnífico si tenemos en cuenta sus orígenes (¡es una jodida GeForce 6800!). Los modelados son buenísimos, al igual que las trabajadas animaciones (y no hay pocas, precisamente) y detalles como la iluminación o el movimiento de las ropas. El anti-aliasing bien, gracias, y los escenarios, aunque son rings de los de toda la vida, sin desniveles ni molestos elementos colocados por todas partes, están bien realizados dentro de su sencillez. Es una pena que algunos confundan lo poco resultón con lo deficiente a nivel técnico. Peor para ellos. Sí son mejorables algunas texturas, que lucen ligeramente borrosas incluso en alta definición y el aspecto “plasticoso” de los personajes. Los exagerados brillos podrían pasar por sudor en el escenario de Jeffry (una playa tropical), pero en el de Wolf (una montaña nevada) casi que no cuelan. La perfección puede esperar Virtua Fighter 5 no es un título de diez. De serlo, se llamaría Soul Calibur y nosotros estaríamos preocupados por el inminente Efecto 2000. No he encontrado ningún fallo realmente grave, pero jode quedarse con la sensación de que se ha prestado poca atención a los detalles. En primer lugar, el diseño artístico es muy mejorable. Los menús no son para nada coherentes con el estilo de la saga y muchos accesorios del modo Misión, así como algunos trajes desbloqueables, rozan lo ridículo y están, en mi opinión, fuera de lugar en un título tan “serio”. La música acompaña y cumple, pero no está a la altura del resto del conjunto. Lo mismo pasa con los efectos, que empiezan a sonar algo desfasados. Por suerte, se han conservado las voces originales (en japonés o inglés, dependiendo del personaje). También se agradecería un montón la existencia de Endings, por muy sencillos y cortos que fueran, que mostraran algo de la historia de cada personaje y del argumento de la serie. Finalmente, y esto ya es personal, creo que empieza a ser hora de que vuelva Taka-Arashi; los motores de físicas actuales pueden mover de manera realista esa chicha y más. Sin embargo, el fallo más importante no es del propio juego, sino del mando de la trisisty. Parece que su cruceta de mierda fue concebida únicamente para cambiar de arma en juegos de acción, así que es casi mejor jugar con el stick analógico. Resulta moderadamente cómodo, pero no va todo lo bien que debería para las diagonales, cosa que dificulta bastante la realización de unos pocos combos. ¿Solución? Tirar de Arcade Stick. Pero de cajón, os lo aseguro. ¿Problema? Es muy caro y no lo he visto en tiendas de por aquí. Queda claro, pues, que SEGA nos quiso más que Sony o Microsoft. Conclusión La cosa estaba complicada, pues Virtua Fighter 4 y sobretodo su “Evolution”, dejaron el listón muy alto. Aún así, esta quinta entrega cumple con su cometido: es una secuela 100% digna y justificada. La cosa se pone, pues, difícil de verdad para el que pueda venir a continuación. El online ya se ha tachado de la lista de tareas pendientes, y si AM2 modifica drásticamente la jugabilidad tendrá a un montón de fans furiosos solicitando las pequeñas bolas amarillas de todo el equipo. Si hay un par de personajes más y un salto definitivo al fotorealismo, yo firmo. Pero lo veo poco probable, teniendo en cuenta cómo están las cosas en el terreno de los Arcade. Recordemos que SEGA aún toma decisiones inteligentes en ese sector, por lo que no invertirá un pastizal en el desarrollo de una placa con tecnología punta. Pero ya habrá tiempo para preocuparse del futuro. En el presente, lo que vemos es que Virtua Fighter 5 merecería un excelente aunque fuera sólo por recordarnos que una parte de SEGA sigue en plena forma. Pero es que además es el mejor juego de lucha de los últimos años. Absolutamente imprescindible para todo amante del género.

Nota: 9_______

Ficha técnica Plataforma: Xbox 360 Desarrollador: SEGA-AM2 Distribuidor: SEGA Género: Lucha Código PEGI: 16+ Precio: 69,95 € Idioma: Textos en castellano Fecha de salida: 26/10/2007 Web oficial: Disponible