The War Z: una serie de catastróficas desdichas

Ayer os dábamos la noticia casi al momento de producirse: The War Z ya está en Steam. Lo que debía ser motivo de alegría y jolgorio ha terminado convirtiéndose en una de las tormentas de mierda más escandalosas del año, y eso que estamos hablando de un 2012 particularmente impregnado de controversia y asuntos embarazosos. En este caso, eso sí, es el clamor popular el que se ha levantado en contra de los creadores del juego, y lo cierto es que tienen motivos. El ventilador entraba en contacto con el cubo de caca líquida a través de los foros de The War Z en Steam escasas horas después de su lanzamiento. Decenas de usuarios desaconsejaban la compra del producto porque, aseguraban, no cumplía lo prometido en su listado de características. Usaban dos expresiones contundentes: publicidad engañosa y fraude. Desde luego, el listado no se correspondía del todo con lo que uno se encontraba después, aunque sí son features que están en desarrollo. Porque a alguien se le olvidó señalar que The War Z entró en fase beta hace unas semanas y no es un producto terminado. O eso creíamos. El caso es que el pifostio de verdad se ha montado cuando las quejas se han trasladado a Reddit y NeoGAF y la gente ha empezado a aportar su granito de rabia y sorna hacia lo que consideran un plagio de DayZ tan horrible que ni merece el tiempo de descargarlo. A quienes llevamos un tiempo jugándolo nos ha desconcertado un poco la avalancha de bilis hacia el juego en sí mismo. Es evidente que sus creadores han metido la pata hasta la ingle, que han dado una idea de su producto al consumidor que (por ahora) no se ajusta a lo que ofrecen, y que hay una serie de circunstancias extrañas alrededor de Hammerpoint y Sergey Titov que enturbian la imagen de todo el asunto, pero hay algo sorprendente en todo este asunto: de toda la gente que echa pestes sobre este MMO de supervivencia nadie parece haberlo jugado. El argumento más común: The War Z es un rip-off de DayZ. Hombre, sí y no. Si lo dicen por la «Z», ahí está Guerra mundial Z como verdadera fuente de inspiración; si lo dicen por el concepto de sobrevivir en un sandbox sin misiones y lleno de zombies, pues según se mire. ¿Es Battlefield un rip-off de Call of Duty? ¿Lo es Call of Duty de los primeros Medal of Honor? Nadie ha acusado a ZombiU de plagiar a Dead Island, ¿verdad? La palabra «copiar» es un poco dura cuando estamos hablando de algo tan general, y aunque no se puede negar que el título y el énfasis por la exploración, el looting y la interacción con otros supervivientes son muchos elementos en común, asumamos que la supervivencia al apocalipsis zombi es un tema tan recurrente en los videojuegos que ya podría considerarse de dominio público. Por otro lado, ¿qué hay de malo en las alternativas? Me encuentro a usuarios quejándose de que los zombis son el menor de sus problemas, que siempre les matan otros jugadores. Supongo que todos habéis leído o visto La carretera, ¿no? O sin ponernos tan finos: los tebeos de The Walking Dead, su serie de televisión, su aventura gráfica. El día de los muertos, del abuelo Romero. La tierra de los muertos vivientes. 28 días después. ¡Hasta la jodida Mad Max! Todas las películas ambientadas en el postapocalipsis dicen lo mismo: tu mayor enemigo no son los zombis, los virus, la sequía o el hambre; tu mayor enemigo son las personas, porque no hay nada más peligroso y violento que el puro instinto de supervivencia. Si alguien esperaba un Left 4 Dead donde masacrar zombies para avanzar por un escenario pseudolineal es que cuando leía la sinopsis del juego se ha saltado esa palabra: supervivencia. Hay muchas otras quejas sin sentido: que los servidores tienen un tope de 50 jugadores (¿en qué quedamos? ¿no eran los jugadores el problema? Yo mismo aplaudo con las orejas cuando doy con un servidor con menos de 15 usuarios), que las armas de impacto no son efectivas contra los zombis (zombis 101: apunta a la cabeza; y no, si usas la linterna para golpear no esperes que se caiga redondo a la primera) o que tiene un sistema de microtransacciones para adquirir objetos dando ventaja a los que pagan (cuando todos esos ítems se pueden encontrar en el escenario con un poco de esfuerzo) pero solo hace falta echar un rápido vistazo a las páginas y páginas de quejas para darse cuenta de que la gran mayoría de exabruptos vienen por asuntos ajenos a la calidad del juego que, no lo olvidemos, es una beta en plena evolución. Se habla de que el juego empezó su desarrollo en mayo, pero se obvia que corre sobre un título anterior como es War Inc. de la misma compañía. Se subrayan las acusaciones de fraude y estafa por parte un moderador de los foros (el tipo afirmaba que aquello era un desfalco, que pensaban abandonar el desarrollo en cuanto tuvieran botín suficiente), pero no se añade que se trataba de un exempleado al que habían despedido y que luego admitió haber mentido en todo como parte de una pataleta. Se señala que Sergey Titov, jefe del estudio, trabajó en un juego absolutamente terrible como Big Rigs: Over the Road Racing, pero se les olvida mencionar que solo programó parte del engine y que de esto hace diez años. Se habla de las capturas oficiales maquilladísimas (bastante habitual en la industria, dicho sea de paso), pero se comparan con capturas reales con la calidad gráfica al mínimo. Se quejan de que haya tantos juegos esperando en GreenLight y The War Z (que cuenta con 160.000 registrados) haya pasado la certificación sin someterse a votación, como si Steam fuese una democracia y no un negocio. Desde luego Hammerpoint difícilmente pudo hacer las cosas peor. El patinazo ya empezó cuando les pillaron copiando el texto legal de League of Legends (donde Titov trabajó) y ahora se ha prolongado hasta el estrépito con su llegada a Steam, bajando precios y dejando con el culo al aire a jugadores que pagaron más en su día; con cláusulas que deniegan posibles devoluciones del importe; con entrevistas donde Titov se deja en evidencia compartiendo su laxa y relajada (por no decir algo peor) visión de las técnicas de marketing; aplicando actualizaciones de última hora para cambiar el sello de «beta» por el de algo tan ambiguo como «foundation release»; sobre todo por usar como reclamo lo que está en el horno y no lo que hay en el plato. Nadie puede ponerlo en duda: el lanzamiento ha sido catastrófico en muchos sentidos, por torpeza, por ineptitud y por una pésima comunicación. Pero es justo admitir que el juego ni de lejos está tan mal como intentan hacernos ver quienes no han jugado (según las encuestas del foro oficial, el 94% de los jugadores están contentos con él); que tiene problemas, carencias, bugs y desajustes como beta que es, pero el potencial que muestra The War Z es enorme. Veremos si Hammerpoint sobrevive a esta catarata de ira descontrolada y sobre todo a la brutal y lógica onda expansiva de desconfianza que está generando entre quienes se interesan en él con prudencia. Eso sí, si salen vivos de esta movida más les vale buscarse un buen publicista. Y algún abogado.