#2 - Hoy he aprendido que... mentir es bueno

Por: El niño que no sabe Hace un par de años yo tenía una novia llamada Angelina. Tu y yo sabemos que estoy utilizando un nombre en clave. También sabía que Angelina era un poco dada a la promiscuidad, pero era lo único que estaba a mi alcance por entonces. Y me conformaba. Pero yo tenía poder, sentía poder. Debía ejercer ese poder. Pasábamos las tardes juntos, mirando películas y trajinando con flepa. No me preguntéis qué es flepa. Pero después, al llegar a casa, manteníamos unas largas y no demasiado fructíferas conversaciones por el Messenger. Teniendo yo constancia de su afición a la poligamia (básicamente porque le miraba los mensajes del móvil cuando ella se despistaba… zorra, más que zorra) decidí crearme OTRA cuenta en hotmail. Oh, era Dios. Tenía dos identidades. Era como la ópera china: ahora soy yo ahora soy Juan. Zas. Por arte de magia y con la ayuda de MSN Polygamy (jodido nombre) me convertí en un demiurgo todopoderoso. Inteligentemente, JUAN (guiño) agregó a Angelina (guiño) e intentó ligar con ella. Qué grande fue mi la sorpresa de Juan al ver que Angelina le seguía el rollo. Incluso aceptó quedar con ese desconocido en un céntrico lugar de Barcelona para tomar un café. Era la quinta vez que Juan y ella hablaban por el Messenger. Eso es ser una zorra y lo demás son tonterías. Pero vamos a lo que vamos. Luego yo le dije que Juan era amigo mío y que la había agregado por un correo masivo y le recriminé su increíble zorrez. Todo acabó con un trajín de flepa y con algo más importante aún: la certeza de que mentir es bueno. Te hace sentir Dios. Peter Molyneux tendría que llamarse Juan. El hijo de la gran puta es la máquina de mentir más grande del mundo. Pero miente bien, como yo. Crea hype, pero el hype adecuado. Mintiendo se siente Dios. Y eso lo refleja en sus juegos. Por tanto: mentir es bueno, y crear hype también. Sobretodo si te llamas Molyneux.