Brian Chan, senior designer de Harmonix, ha hablado sobre los mecanismos y motores de la innovación; uno de ellos, según él, es el gimmick. «Los gimmicks, como se les llama, son sólo movimientos arriesgados que se toman en la más amplia narrativa de la innovación. Son valientes y algunas veces estúpidos, pero deberíamos aplaudir esa toma de riesgos», ha dicho.
Aquellos poseedores de un Rock Band 3 estáis de suerte porque los muchachotes de Harmonix no han querido dormirse en los laureles y, en vista de que la gran burbuja del mercado de los juegos musicales se ha ido a la mierda irremisiblemente, se han puesto manos a la obra para mejorar su penúltimo retoño (con el último, Dance Central, poco se puede hacer) aplicando una bien nutrida ristra de actualizaciones, correcciones y mejoras cuya lista oficial le robo sin rubor a nuestra web gemela guapa y formal Eurogamer.
Alex Rigopulos, CEO de Harmonix, ha confirmado en una entrevista que no planean dejar la serie Rock Band en un buen tiempo: «Hay mucho terreno creativo que explorar con Rock Band: nuevas formas de interacción entre el jugador y la música.
Juanes llega a Rock Band y lo hace por dos bandas, para alcanzar con su metralla latina a todo el mundo.
Aunque la fiebre de los juegos musicales, que a muchos nos tuvo enloquecidos jugando con las guitarrillas durante mucho tiempo, ya pasó hace tiempo, el mundillo no se para.
Pep ya nos dejaba claro la última vez que habló de Rock Band 3 que habría piano o al menos algún instrumento teclístico a juzgar por el logo que compañaba al anuncio del juego que aparecía al final de la demo de Green Day: Rock Band.
Lo deja bastante claro la imagen que aparece al salir de la demo de Rock Band: Green Day, con distintos iconos representando una guitarra, un bajo, una batería, tres micrófonos por lo de los armónicos vistos ya en el juego de The Beatles y un piano.
¿Sorprendidos, eh? Seguro que nadie, NADIE, se imaginaba que EA fuese a lanzar otra entrega de su saga musical de cacharricos de plástico, por mucho que dijera el hijo de George Harrison con su cara de rata y su herencia demencial.