Durante la conferencia hemos comentado la curiosa paradoja de que una compañía tan aparentemente de izquierdas y tolerante con los derechos civiles y la igualdad como Ubisoft a veces haga juegos con un fondo político tan locamente fascista. Me refería a The Division y la idea de que cuando la cosa se va de madre (inciso: la propia idea de que la violencia reina en el caos ya es de por sí cuestionable), lo que toca el tirar las leyes por la ventana y sacar a pasear la mano dura. Pero con Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands esa especie de paternalismo perdonavidas vuelve con la misma fuerza.
Al parecer la historia gira en torno a un mundo en el que el violentísimo cartel mexicano ha invadido Bolivia para quedarse con sus plantaciones de cocaína y convertirse en la primera potencia mundial del narcotráfico. Y nuestro trabajo es el de un escuadrón estadounidense que, con tal de que la droga no llegue nunca al norte de las fronteras, se ven capaces hasta de actuar en territorio extranjero para cargarse en un alarde de intervencionismo imperialista bastante descarado.
Por lo demás, el juego llega el 7 de marzo de 2017 (otro retrasito disimulado, ya que no había fecha de lanzamiento pero se anunció para 2016) y tiene una pinta bastante decente gracias al tremendo mimo puesto en su extensión y lo bello de sus entornos. Como shooter táctico cooperativo tampoco parece aportar muchas cosas nuevas, pero se dejará jugar seguro.
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Mucha broma con el pozolero, pero en verdad existe y ahorita mismo esta en la carcel