Vlambeer ha celebrado un hito importante en la historia de Nuclear Throne, su (última) obra maestra: con la actualización de ayer, la #60, el talentoso equipo holandés llega a las 101 armas, traspasando esa barrera demente de las cien máquinas de muerte y celebrándolo, y nosotros que nos alegramos, con el tráiler que tenéis arriba. Una rumbosa celebración del chk, chk de los cargadores y de la magia arcade del gatillo fácil. Irresistible.
Vamos a pararnos un poco a hablar sobre el juego, que ya va siendo hora. Hablamos mucho entre nosotros, en reuniones editoriales interminables y en las que la tensión se podía cortar con un cuchillo (con uno de plástico, de estos de fiesta de cumpleaños infantil; no era mucha tensión, tampoco), sobre El Caso Nuclear Throne: sobre si lo metíamos entre los juegos del 2014 o no, por eso de que se publicó en Early Access en 2013 y su lanzamiento definitivo tendrá lugar en algún momento de este 2015. Nos resultaba más o menos difícil justificar que estuviera ahí, aunque sin duda es uno de los tres juegos que más nos marcó (hablo por todos porque creo que no voy muy desencaminado) el año pasado.
El proceso de ver crecer a Nuclear Throne poco a poco, a medida que nuevas armas y personajes y mutaciones entraban en juego, ha sido espectacular. Lo ha sido y quizá lo siga siendo, porque todavía quedan unas cuantas cosas por meter antes de que Vlambeer puedan cerrar el proyecto; en la última actualización han modificado un par de mutaciones añadidas hace nada, además de terminar de introducir las Ultra Mutaciones (las que se consiguen en el loop, después de destruir el Trono y empezar las versiones delirantes y extremas de los niveles anteriores).
Las armas tienen un papel fundamental en todo este proceso; de ahí que sea tan natural que le dediquen un vídeo entero a celebrar el centenar. Devotos del arcade, Vlambeer ya demostraron con Luftrausers ser expertos en lo de jugar con la combinatoria para crear matamuchs infinitos; Nuclear Throne es un paso más allá, haciendo que la combinación de tipos de arma y proyectiles, más la naturaleza aleatoria de su aparición en cada partida (recordemos que es un roguelike-like: cada nueva vuelta es un comienzo desde el principio, y todo cambia: los mapas, los enemigos, el arsenal con el que nos cruzamos), afecte directa y definitivamente a nuestra estrategia y en la forma de aproximarnos al juego.
Sobre ello nos habló Rami Ismail, uno de los responsables de Nuclear Throne, cuando hablamos con él en el Gamelab del año pasado:
La mayoría de nuestras armas son de hecho bastante únicas. Se crean a partir de ideas, como que la metralleta es un arma que dispara rápido; las armas con balas, la munición normal, disparan rápido y son más o menos precisas, mientras que las de cartuchos son armas de área que hacen mucho daño. Tenemos estos arquetipos, y lo primero que hicimos fue crear cada variante. Por ejemplo, en Super Crate Box hicimos lo opuesto: intentamos reducir el número de armas tanto como pudimos. En Nuclear Throne añadimos todo, para poder crear cosas interesantes. Así, tienes la SMG, por ejemplo, que es un arma muy rara: es de balas, pero es muy poco precisa, mientras que la mayoría de armas de balas son precisas, ¿no? Eso crea un juego interesante, porque si lo combinas con, por ejemplo, la mutación Eagle Eyes, sale algo guay.
Así que estamos diseñando de forma modular. Creamos cada variación posible de algo, porque nos interesan las formas en que pueden jugar entre sí, con las habilidades, las mutaciones y todo eso. Estamos intentando ser muy maximalistas, mientras que habitualmente minimizamos, y mola mucho. Una de nuestras cosas favoritas es recibir un email de la comunidad que nos digas, «¿sabíais que se podía hacer esto?», y nosotros, «no…»
Esa naturaleza aleatoria e impredecible es lo que hace que Nuclear Throne sea el rey del una más y lo dejo: la pura emoción de probar combinaciones (de armas y personajes, de mutaciones y armas, de personajes y mutaciones; incluso de situaciones y armas, mutaciones o personajes) es tan increíble que parece mentira que, en una época en la que no parecemos hablar más que de resoluciones y locuritas técnicas, baste con 320×240 y 30 imágenes por segundo para hacer uno de los juegos más sólidos de los últimos años.
Nuclear Throne es pura combinatoria de reglas (unas reglas clarísimas y bien definidas, que se entienden al momento, que dejan mucho espacio también para lo orgánico, como ocurre en los buenos arcades), un pequeño milagro independiente que afianza a Vlambeer como uno de los estudios más interesantes en activo. Aunque desde fuera parece un juego pequeñito, Nuclear Throne tiene uno de los diseños más ambiciosos en los que puedo pensar; mucho más que los de algún sandbox que parece generado procedimentalmente, o los de alguna superproducción con cientos de millones de euros detrás. Lo que más me fascina es la forma en que se dan la mano arte y puro esfuerzo intelectual: tan importante cómo determinar con números el comportamiento de las mil y una variables que se dan en cada partida es el feedback audiovisual que tenemos al disparar la Slugger, portentosa y ensordecedora, o al lidiar con la vibración de la pantalla cuando las explosiones de nuestro Bazooka se van de madre en un combate particularmente movido.
En fin, que Nuclear Throne es algo muy serio. Decía que nos marcó en 2014, que fue importante, porque, a pesar de los ataques de pesimismo aquí y allá que un año de problemas y cambios no muy bien recibidos, entrar en Steam y pasar un rato con Yung Venuz, Crystal, Plant, Melting y demás familia hace que sea imposible perder la ilusión; unas volteretas con Fish o un poco de acción a dos manos con Steroids le dan a uno confianza en el Early Access, en la supervivencia del arcade y en la posibilidad de renovar hasta algo tan antiguo como lo de pegar tiros y esquivar balas enemigas. Nosotros también celebramos esas cien armas. Y que vengan todas las que quieran.
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GOTY 2014 – 2015.
Y ahora sí que sí, deberían salir del Early Access ya, meter logros de una vez, y seguir actualizando con parches post-lanzamiento.
Lo he dicho varias veces, pero creo que es un consejo especialmente útil: junto con Spelunky, es el mejor manual de diseño ‘clásico’ que recuerdo. Cada regla y cada ajuste —esta semana, sin ir más lejos, han equilibrado las dos mutaciones nuevas de la mejor forma— son decisiones muy inteligentes y espectacularmente claras. Hay una voluntad casi didáctica y la documentación que ha dejado ese desarrollo tan abierto del proyecto tiene un valor demencial.
Tengo como principio no comprar juegos en early access, por eso aún no he catado Nuclear Throne aunque lleva en mi lista de deseados varios meses. El juego tiene una pinta tremenda, pero esperaré a ver si, como bien dice Pep, se deciden a publicarlo de una vez.
Como que me lo acabo de pillar en Steam tras leeros
@pep_sanchez
Me vas a hacer llorar Pep… :_)
Que ganas de que le metan logros (así como 200 por lo menos), es la mejor droga del universo.
Y nos olvidamos más de lo que debíamos de Luftrausers, que no es mejor pero es ultrabueno, los de Vlambeer son dioses <3
Es demasiado este juego, encima se nota muchisimo el empeño que la compañía esta metiendo en el juego.
P.D: es jodido el cabrón XD
Uh… ¿no entra en la misma categoría que The Binding of Isaac: Rebirth?
Porque tengo una mala noticia para vosotros…
Lo descubrí gracias a la matraca que disteis en su momento y, joder, qué bueno. Le he metido 30 horas y no he sido capaz de llegar ni una sola vez al trono. A ver si, como dice Pep, le meten ya logros y demás mandanga y vuelvo a recuperar el vicio.
Joder, con la de veces que os he oído en podcast, leído aquí y visto en youtube hablar de este juego, las ganas que le tengo son bastante gordas.
Hoy he leído que en su próxima actualización saldrá ya de Early access.
En Vita debe ser gloria bendita.
Hablando de logros, que no se olviden de los cromitos! una insignia de NT seria la repanocha para mi perfil de steam.
Lo de la limitación a 30 fps es el único problema que le encuentro a día de hoy y es algo que no va a cambiar. Es una decisión que no entiendo, pero ahí está.
Obviando eso: Llevo 20 horas y las que me quedarán. Simplemente no puedo jugar a otra cosa.
Nuclear Throne es un puto ejemplo para el early access. Se podía jugar perfectamente desde que lo compré y el juego es exactamente el mismo en esencia, pero plagado de nuevo contenido y cada día más y mejor pulido.
Goty please.
Yo tengo ganas locas de pillarlo en consola, a ver si consiguen finiquitarlo en breve
Lo compré desde el inicio, aunque lo que estaba buscando cuando me topé con él era un cooperativo local, (aún no lo tenía) porque lo probé en versión «Sparrow» y me encantó. Incluso realicé un fanart de Chicken: http://fc04.deviantart.net/fs71/f/2014/141/3/3/nuclear_throne___chicken_fan_art_by_pejota1-d7hw8ic.jpg
Es un vicio y un pepino. Estoy dejándolo un poco de lado para darle duro en cuanto vengan los logros de Steam, por pura enfermedad y epilepsia.
Que lo saquen de una maldita vez para Vita que mis ansias empiezan a no ser sanas!!
El mundo debería empezar a tomarse muy pero que muy en serio a Vlambeer. En 4 años han hecho Super Crate Box, Ridiculous Fishing, Luftrausers y Nuclear Throne.
Juegan en otra puta liga.
Si no fuera tan manco, me lo pillaría, porque tiene buena pinta 🙂